Los alumnos de 2º de Primaria observaron que había bichitos
en el huerto del colegio y se plantearon si eran buenos o malos para las
plantas.
En casa preguntaron a padres o abuelos sobre el tema
y en clase expusieron lo investigado (algunos de ellos habían buscado información
en internet) y con la orientación y guía de la profesora, los alumnos fueron descubriendo
que era pulgón, que era perjudicial para las plantas y que se tenían que eliminar.
Se llevaron el problema a casa y al día siguiente ya
habían propuestas de los alumnos para solucionarlo.
Otra vez, en asamblea de clase, llegamos a la conclusión
de que teníamos que eliminarlos pero sin perjudicar la naturaleza ni los frutos
que nos iba a proporcionar el huerto.
Y pensamos buscar algo que nos solucionase
el problema (plaguicida ecológico).
Jabón potásico
contra las plagas del huerto.
Elabore una ficha con las características de este producto
que después leyeron los alumnos y comentamos en clase:
· El jabón potásico es capaz de eliminar
bichitos frecuentes en el huerto, sin contaminar
ni generar problemas a las personas y animales.
·
Puedes aplicarlo sin miedo a causar daño a tu organismo
o a tu familia, y tus mascotas también estarán a salvo.
·
Se pueden recoger los frutos de inmediato porque
el producto no entra en la planta.
·
No daña a otros insectos beneficiosos como las abejas.
·
El jabón potásico se puede comprar en cualquier
centro de jardinería.
·
Para preparar el plaguicida solo hay que
disolver el jabón potásico en agua pero siempre siguiendo las instrucciones de
tu profesora o un adulto.
·
Hay que ser meticuloso y aplicar bien el producto
por toda la superficie de la planta, intentando alcanzar al mayor número de bichitos.
No te olvides del envés de las hojas; allí es donde más encontrarás.
·
El mejor momento para echar el plaguicida será a
la salida o la puesta del sol, en ausencia de viento y de lluvia que lave las
hojas.
·
Será conveniente echar varias veces el
plaguicida para eliminar los bichitos malos. Lo ideal es repetirlo entre 3 y 4 veces,
dejando una semana de descanso.
Después
preparé la disolución a la vista de los alumnos y explicando cómo lo hacía.
Pon fin,
pudimos ir al huerto y luchar contra los bichitos malos.
La
actividad fue motivadora y educativa para los alumnos.